Miquel Barceló
Uno de los artistas españoles de su generación con mayor proyección y reconocimiento internacional, se dio a conocer en el contexto de la eclosión de la pictórica figurativa de los años 80.
En su adolescencia viaja a París, ciudad que le provoca tal impacto artístico que ese mismo año comienza a asistir a clases de dibujo y modelado en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca. Poco después ingresa en la Escuela de Bellas Artes Sant Jordi de Barcelona, a donde acude solamente unos meses antes de continuar con una formación autodidacta.
En plena juventud, su participación en la Bienal de Sâo Paulo (1981) y en la Documenta de Kassel VII (1982) lo proyectan a la escena artística internacional, momento en el que museos y galerías del mundo empiezan a interesarse por su obra. En los próximos años será galardonado con importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Artes Plásticas (1986) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003).
En 2007 presenta el extraordinario retablo cerámico en la catedral de Palma de Mallorca, en el que recrea el milagro de los panes y los peces, y a finales de 2008 se hace mundialmente conocido por la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones del Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra, en la que representó magistralmente un gran océano mediante miles de estalactitas marinas.
Miquel Barceló es portador de una enorme vitalidad allí donde se encuentre, ya sea África, América Latina, Japón, Nepal, París o Mallorca, su isla natal. Hace suyos los lugares en los que planta su estudio, y alimenta allí su inspiración con luz, polvo, aire, tierra, agua e incluso con lo que hacen otros artistas de la zona.
Lleva consigo la gran tradición pictórica europea, de la que se nutre. Dotado de una formidable fuerza creativa, su trabajo incorpora numerosos y muy variados referentes culturales: la pintura barroca, el expresionismo abstracto norteamericano, el arte povera italiano, el art brut; y artistas como Caravaggio , Velázquez, Rembrandt, Goya, Paul Klee, Jan Dubuffet, Pablo Picasso, Joan Miró o Antoni Tàpies, son algunas de las influencias que Barceló ha transfigurado, con una desbordante imaginación, en una formidable síntesis personal de densa presencia matérica e inmensa riqueza plástica.
Utiliza gran variedad de materiales, a veces poco ortodoxos, tanto orgánicos como inorgánicos. Barceló ha incorporado a su obra algas, alimentos, leche, lejía, huevos o sangre. Ha ahumado cuadros, dibujado sobre papeles comidos por las termitas o pintado sobre lienzos abultados o cortados con sierra eléctrica. La compenetración táctil con esas materias con las que trabaja (arcilla, tintes, cortezas o pigmentos) denotan su gran pasión por la naturaleza. Peces, pulpos, arboles, cabras… posee Barceló un repertorio de recursos iconográficos propios que lo identifican.
(Fuente: Museo Picasso Málaga)
Felanich, Baleares (España), 1957