Georg Baselitz
A los catorce años comienza a pintar influido por la estética del futurismo. Estudia en la Hochschule für Bildende Künste, en la antigua República Democrática Alemana, donde conoce a A.R. Penck, y de la que es expulsado por “inmadurez socio-política”. Su carácter inconformista se ve avalado por la influencia de la literatura de Nietzsche, Baudelaire, Comte, Beckett, Lautreamont, Antonin Artaud o Paul Celan. Desde su etapa formativa le influyen el expresionismo y el informalismo, lo que le lleva en los años sesenta a una pintura figurativa de fondos oscuros.
La idea principal en torno a la que giran sus obras es la deconstrucción de los maestros del arte anterior (sus admirados Miguel Ángel, Picasso o Giacometti), para llegar a la regeneración y creación de una forma totalmente nueva y contemporánea en el panorama europeo que terminaría siendo lo que hoy se conoce como neoexpresionismo. Asimismo, la intención de que el espectador se fije más en el cuadro que en el tema le hacen, a partir de 1969, pintar sus características telas en las que todas las figuras se sitúan al revés, con la cabeza abajo, bien entre algunos elementos decorativos como Sobremesa en Dresde (1983) o inscritas en un fondo de vivos colores como La chica del olmo (1981). También trabaja en series monumentales de un único tema: Imagen callejera (1979-1984).
Su paleta cromática combina los colores claros en unas ocasiones y los terrosos en otras, en unas pinturas caracterizadas por una fuerte violencia gestual y una acusada materialidad que también aplica a sus esculturas, presentadas por primera vez en la Biennale di Venezia de 1980. Es profesor de la Escuela de Bellas Artes de Berlín entre 1983 y 1988.
Su obra se reparte en los museos y colecciones más importantes del mundo, como el Guggenheim, el MoMA, la Tate Gallery, el Stedelijk Museum of Modern Art (Ámsterdam), el Kunstmuseum Basel, y un largo etcétera.
(Fuente: masdearte.com)
Deutschbaselitz (Alemania), 1938