Pintor, grabador, dibujante, ilustrador, mosaiquista, ceramista, entallador y muralista.
Hacia 1925 frecuenta el taller de cerámica de su hermano mayor, Arnaldo Bernabó, en Río de Janeiro. Entre 1941 y 1942 viaja por países de Sudamérica.
Al regresar a Argentina, traduce hacia el español, junto con Raul Brié, el libro Macunaíma, de Mário de Andrade (1893 – 1945), en 1943. En ese mismo año realiza su primera individual en la Galería Nordiska Kompainiet, en Buenos Aires.
En 1944 va a Salvador y se interesa por la religiosidad y cultura locales. En Río de Janeiro, ayuda en el montaje del periódico Diário Carioca, en 1946. Es llamado por el periodista Carlos Lacerda (1914 – 1977) para trabajar en el periódico Tribuna da Imprensa, entre 1949 y 1950. En 1950 se traslada a Salvador para realizar paneles para el Centro Educacional Carneiro Ribeiro, por recomendación del escritor Rubem Braga (1913 – 1990) al secretario de Educación del Estado da Bahia, Anísio Teixeira (1900 – 1971).
En Bahia, participa activamente en el movimiento de renovación de las artes plásticas, al lado de Mario Cravo Júnior (1923), Genaro (1926 – 1971) y Jenner Augusto (1924 – 2003). En 1957 se nacionaliza brasileño.
Publica, en 1981, Iconografia dos Deuses Africanos no Candomblé da Bahia [Iconografía de los Dioses Africanos en el Candomblé1 de Bahia], por la Editorial Raízes. Ilustra libros de Gabriel García Márquez (1928), Jorge Amado (1912 – 2001) y Pierre Verger (1902 – 1996), entre otros.
