Vers l’arc-en-ciel

Las veintidós pinturas conocidas como «Constelaciones» fueron comenzadas por Miró en Normandía, Francia, en 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, y terminadas en Barcelona dos años más tarde, después de que él y su familia se vieran obligados a huir de Francia tras la invasión alemana. Los cuadros se enviaron a Estados Unidos en 1945 y se expusieron en la Galería Pierre Matisse de Nueva York, donde fueron recibidos con entusiasmo por la comunidad artística. Las fascinantes «Constelaciones», repletas de fantásticas imágenes y símbolos celestes, a caballo entre el orden y el caos, que expresan a la vez la fragilidad y la energía del universo, cautivaron a los visitantes e influyeron poderosamente en el emergente movimiento expresionista abstracto.

El poeta surrealista André Breton quedó tan conmovido que compuso una serie de poemas inspirados en los cuadros y bautizados con sus nombres. En 1959, Pierre Matisse publicó los poemas junto con exquisitos pochoirs (grabados con esténcil) según las composiciones originales de Miró y una litografía especialmente encargada y firmada por el autor, creando una de las colecciones más codiciadas del siglo XX.