Ricardo Baroja

Pintor, grabador, escritor, inventor y actor español, perteneciente al linaje de los Baroja, con figuras destacables como su hermano novelista Pío Baroja, y sus sobrinos Julio Caro Baroja (antropólogo) y Pío Caro Baroja (director y guionista de cine).

Hombre de extraordinaria creatividad, legó al final de su vida una obra extensa y variada que se puede clasificar en cuatro grupos:

El primero, correspondiente a su obra pictórica iniciada hacia 1885 (Marina), que se puede dividir en dos etapas, una de 1885 a 1936 en la que pintó por afición, y otra de 1937 a 1952, en la necesitó pintar para poder comer. Del primer grupo dejó más de unos 100 óleos, todos variados y bellísimos, pero que desgraciadamente la mitad se han perdido durante la Guerra Civil. De la segunda etapa realizó otros cientos más, los cuales llevaba a exposiciones en San Sebastián, Bilbao o Madrid, para vender.

El segundo, protagonizado por sus aguafuertes, también tiene dos momentos: uno que se extiende desde finales del siglo XIX hasta 1912 (serie Estampas populares), y otro desde 1927 a 1931, más reducido en cantidad (series Revolucionaria y Marinera). En este último momento quedó tuerto en un accidente de automóvil tras la vuelta de un mitin político a favor de la República, desde entontes no pudo grabar más. De su trabajo se conservan unas 40 planchas, 20 en Calcografía Nacional, pertenecientes a las medallas que le concedieron, y otras 20 en “Itzea”, casa de los Baroja, rescatados tras la guerra del taller del estampador Adolfo Rupérez, de un total de 137 grabados hoy catalogados. El resto de sus planchas se perdieron con el bombardeo y la destrucción de su casa y taller en 1937. El grueso de su obra de grabador se encuentra en las pruebas que regaló a la Biblioteca Nacional, conservadas en tres carpetas en la sala de estampas, catalogadas y en perfecto estado. El resto de pinturas y grabados se encuentra en Calcografía Nacional, el Museo de Arte Moderno de Madrid, el Museo de Bilbao, el Museo de San Telmo de San Sebastián, el Museo de la Victoria, el Museo de Córdoba, y en la Casa “Itzea”, de Vera de Bidasoa.

El tercero correspondería con sus escritos, a la literatura. Dejó más de 20 cuentos y novelas, y una gran cantidad de artículos, donde también obtuvo importante éxito (La Nao Capitana, 1935).

El cuarto se trata de sus fantasías, veleidades científicas (plasmogenia), inventos (estabilizador de vuelo y vela de barco triangular), esculturas, ilustraciones en revistas o novelas, barcos, aventuras de marino, o actor de cine y teatro.

Ricardo Baroja fue en esencia uno de los que mejor retrató el espíritu del 98, y la rebeldía de una juventud inconformista con retratos de su hermano Pío, Azorín y Valle-Inclán, cuya inquietud le llevó a defender la República, por la que perdió un ojo. En 1925 dio una conferencia titulada La crítica del arte, leída en el Círculo de Bellas Artes, en la que atacó duramente a los críticos, conferencia que fue impresa y costeada por la mayoría de los artistas de aquel tiempo.

En 1927 fue nombrado profesor de la Escuela de artes Gráficas, donde comenzó a hacer experiencias litográficas, buscando formas simples y comerciales para la reproducción de estampas. Es a partir de este año y en los siguientes cuando asiste al Ateneo madrileño, compartiendo cátedra con Miguel de Unamuno y Valle-Inclán. A partir de la guerra civil busca refugio en su casa, iniciando un periodo dramático, teniendo en cuenta su carácter hasta entonces fuerte, optimista y despreocupado.

Su obra queda marcada con un hierro rusiente de un monograma negro con la R de Ricardo invertida y pegada a la B de Baroja, como se ve en más de mil obras entre pinturas, dibujos y grabados.

(Fuente: Biografías de la Real Academia de Historia)